El Proyecto Mohole tenía la intención de perforar la corteza oceánica dentro del manto terrestre (cuatro kilómetros) y penetrar hasta donde la corteza se une con el manto (discontinuidad de Mohorovicic). Consistía en una especie de perforador en medio del mar, que le hicieron unas especies de maquinas que permitían que no se moviera por la marea. Tenía un embudo en la parte perforada donde estaba el perforador para que no se saliera del agujero obtenido. El perforador tenía unos diamantes para taladrar la roca, que era sacada y estudiada. El perforador se partió y los altos costos de reparación hicieron que los accionistas dejaran de financiarlo.
El Proyecto MoHole comenzó a principios de los años 50 con la intención de perforar la corteza oceánica dentro del manto terrestre. Jeffrey Alt, profesor de la Universidad de Michigan y otro de los autores de la investigación, explica que «tener este ejemplo nos permite comparar ciertas composiciones que explicarán la corteza oceánica, que tiene un grosor de entre 6 y 7 kilómetros, cómo está formada realmente».
Con esta perforación, es la primera vez que se recogen gabros de corteza oceánica intacta. Los mismos conforman la parte magmática de dicha corteza, pero suelen estar recubiertos de basaltos y éstos a su vez de su vez de sedimentos. Doug Wilson, de la Universidad de California, no oculta que «la perforación de este profundo agujero en el este del Pacífico es una rara oportunidad para calibrar las ciertas actividades» como los períodos de los seísmos, los campos magnéticos con observaciones directas sobre rocas reales.
Asimismo, Wilson reconoce que ha sido vital para el éxito de la misma expedición «encontrar el lugar correcto para la misma perforación». La clave la ofreció el hallazgo del equipo de investigación de una zona identificada en el Océano Pacífico de 15 millones de años.
«Planeamos explotarla», explica Wilson. Esta decisión les llevó a los garbos para probar que la teoría de Wilson y sus colegas era correcta.
Esta investigación arroja luz sobre la velocidad a la que viajan las ondas sísmicas a través de diferentes capas de la corteza. Sólo la publicación en esta prestigiosa revista ofrece una pista de la envergadura y los resultados obtenidos con este proyecto.
En el artículo de «Science» también se explica que más que ser controladas por la presencia de la capa del gabro podría depender más de la porosidad que del tipo de roca.
Este equipo de científicos internacionales pone punto y seguido a tres años de viajes a la zona y cinco meses de perforación en esta parte del Océano Pacífico.
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que pacha con esta web, que pachada
ResponderEliminarmenuda pachadaaa
ResponderEliminaresta web es una pachada de mierda,me voy a suicidar, adiós pachos.
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